Aunque la escena es muy conocida por los jugadores de ajedrez con inquietudes por la creación artística y por los artistas con inquietudes por la creación ajedrecística no deja de tener interés, pues constituye la plasmación de lo que Clair llamaba movimiento interno o lirismo cinematográfico. La falta de lógica en el flujo de escenas en el que se incluye el vídeo pervierte la ilusión del movimiento continuo utilizada usualmente, introduciendo así un nuevo manejo del tiempo.
De hecho, en la primera parte de Entr'acte, Clair diseña una antinarrativa. Se trata de una secuencia de imágenes ilógica que celebra la falta de unidad y de significado, algo que ya estaba implícito en la pregunta "¿Cuando dejaremos de querer explicarlo todo?" que Picabia sitúa bajo una caricatura de Satie, en el frontispicio de la partitura de la peli. Pero la intencionalidad del autor nos importa un pimiento. Al menos en cuanto al tema del tiempo, la estructura binaria de Entr'acte contrapone una primera parte de fragmentos no consecutivos ni consecuentes con una segunda en la que sí lo son; es decir, encarna una construcción del tiempo que, además, proviene de alguien que pretende entender sus propiedades contradictorias, enriqueciéndose de ese modo.
Pongo sólo la parte en la que Man Ray y Duchamp juegan y son interrumpidos por Picabia que tiene una manguera y ganas de joder.