28 de mayo de 2010

El ajedrez de Debord

« … et c’est peut-être la seule de mes œuvres, je le crains, à laquelle on osera reconnaître quelque valeur»

Guy Debord, a propósito del Kriegspiel


Uno de los ejemplares de la primera edición limitada de Kriegspiel

Alice Becker-Ho y Guy Debord jugando (1977)






Algunos puntos controvertidos de la transición al mundo digital del “jeu de la guerre” de Debord son los siguientes:

1.- Como su viuda, Alice-Becker Ho, denuncia implícitamente en su demanda jurídica a Alexander Galloway para que no vincule su software a la creación de Debord, divorciar el juego de las interacciones de la experiencia humana genuina, ubicar el juego en un sistema de intercambios de códigos digitales que representan, pero no son, esas interacciones, es, efectivamente, la esencia del espectáculo, un síntoma de falsa conciencia.

2.- Por otro lado, es irónico que esto le suceda a la creación del gran personaje que está detrás de la acuñación y la teorización del concepto de détournement, que alguna vez se definió como la reutilización de elementos artísticos preexistentes en un nuevo contexto. Debord mismo dijo una vez que el plagio era necesario; que el progreso implica el plagio. ¿Por qué, entonces, un trabajo del hombre clave en la forja teórica del détournement no puede ser “detournado”?

3.- Se trata, parece, de una obra de nostalgia. En efecto, la manera de jugar se corresponde más con el tipo de guerra que le tocó vivir a Clausewitz que con la experiencia revolucionaria de Debord. El hecho de que un jugador pierda cuando se corta la línea de suministro es un síntoma de nostalgia decimonónica. La guerra de guerrilas, el poder del individuo aislado para infectar y afectar –mediante un virus, por ejemplo- la labor de una institución, simplemente no se refleja.

4.- No deja de ser irónico también que la deriva y el detournément, los dos conceptos claves que nombran las actitudes correctas para combatir –y, en último término, destruir- el espectáculo, han sido hoy plenamente asumidas por éste: la primera, en la hipertextualidad cibernética, que constituye mundo mediante un sistema rizomático, en gran medida arbitrario; la segunda, que ya hasta cansa: en efecto, el fotomontaje omnipresente y Youtube nos han vuelto insensibles a esta técnica del espectáculo que consiste en descontextualizar un elemento. 

 A pesar de todo, tal vez Debord algo se olía de estas derivas cuando admitió que la guerra que se refleja en su juego no representaba la guerra moderna remodernizada por la tecnología; aun así, «con algunas reservas, el juego refleja casi todos los factores presentes en una guerra real». Se buscan jugadores. 

1 comentario:

Rocky Balblogger dijo...

Se parece sospechosamente al ajedrez de George Lucas.